Necesidades diarias de vitaminas y minerales
Ahora se insiste en las dosis bajas, pero continuadas. No obstante, seguimos sin poder decidir cuál es la cantidad que cada persona requiere pues depende de su edad, trabajo, sexo, aficiones, clima y enfermedades que pueda tener. Lo que sabemos con certeza es que la carencia de una determinada vitamina o mineral genera una enfermedad, y esta será más grave y compleja en la medida en que falten más nutrientes en la dieta. Por eso y ante la duda, lo mejor es recomendar complementos de vitaminas y minerales en dosis pequeñas y continuadas.
Las autoridades sanitarias ya han comenzado a aplicar el mismo razonamiento de prevención y han autorizado la incorporación de nutrientes en el pan, la leche, los cereales y dulces, todos ellos alimentos de consumo habitual.
Las dosis más altas de nutrientes diferentes son recomendadas por algunos doctores y expertos en salud. Algunos recomiendan tomar hasta 18 gramos de una vitamina concreta al día y tenemos noticias de que algunos hospitales administran intravenosamente 25 gramos junto con otros nutrientes.
Normalmente se dan dosis grandes de vitaminaB12 y de vitamina E para mejorar las enfermedades del corazón.
Aparentemente deberíamos rechazar estas cantidades masivas y tratar de tomar las vitaminas en las mismas proporciones que encontramos en la naturaleza, pero si tuviéramos que elegir entre admitir una megadosis de vitaminas y una megadosis de un medicamento, seguramente nos inclinaríamos por la primera opción.
Es una vitamina soluble en agua que actúa como un antioxidante general. También tiene otros papeles en la producción y mantenimiento del tejido conjuntivo. Linus Pauling, premio Nobel en física, fue difamado por la comunidad científica por sus publicaciones sobre los efectos beneficiosos de dosis grandes, aunque ahora la investigación está empezando a mostrar que dosis grandes de vitamina C ayudan durante el resfriado común, baja el colesterol, protege contra ciertos tipos de cáncer, acelera algunas lesiones de piel, protege contra las infecciones y evita el envejecimiento prematuro.
Como el ácido ascórbico es muy ácido se podría sustituir por el ascorbato de magnesio y para dosis menores se recomienda especialmente la Verdolaga, el Espino amarillo, brécol, patatas y acerola.
Hemorragias, sobre todo de las encías y la retina. En traumatismos con derrames, en las úlceras sangrantes, en la hematuria y, en resumen, en cualquier proceso que curse con hemorragia aunque no exista carencia de vitamina C.
Alteraciones óseas y dentarias, para reforzar la dentadura.
Disminución de la resistencia en infecciones, especialmente en los meses de invierno y como preventiva de estados gripales.
En dosis altas produce un aumento en los niveles de gammaglobulinas y estimula la capacidad de adaptación de la glándula suprarrenal.
Anginas, para reforzar las defensas.
Anemias, especialmente en las ferropénicas ya que aumenta la absorción del hierro.
Lactancia, como preventivo del escorbuto.
Fracturas, para asegurar la consolidación.
Cansancio primaveral, como preventivo un mes antes.
Intoxicaciones medicamentosas o producidas por álcalis.
Enfermedad de Addison, y en todas las insuficiencias suprarrenales.
Antibioterapia, para reforzar las defensas, corregir los efectos secundarios y evitar resistencias bacterianas.
Hipotensión, cuando exista astenia, fatiga o psicoastenia.
Hiperpigmentación, del anciano.
Esfuerzos musculares, en deportistas y para prevenir agujetas.
Alcoholismo, en las formas crónicas y para abortar efectos secundarios graves del medicamento Disulfiram.
En 1971, durante un congreso mundial sobre la salud, los asistentes aclamaron por unanimidad a la vitamina E como una de las más importantes. Irónicamente, esta misma vitamina había sido despreciada desde su descubrimiento por los médicos, pues no le encontraban ninguna utilidad demostrable.
Un reciente estudio explicó que el aporte complementario de esta vitamina mejora las enfermedades del corazón, incluida la hipertensión, baja la viscosidad sanguínea, mejora el sobrepeso y el exceso de colesterol, atribuyéndose, además propiedades antioxidantes intensas.
La dosis que se emplea es de 400 a 1200 IU (unidades internacionales), preferentemente de alfa-tocoferol.
Aunque todavía no son datos confirmados mundialmente, se han observado carencias en niños aquejados de esprue, enfermedad fibroquística del páncreas y otras formas de mala absorción.
En los adultos se recomienda administrarla en algunas alteraciones en la absorción de las grasas, especialmente si la dieta contiene cantidades muy altas de ácidos grasos insaturados. También se ha mencionado como útil en los pacientes aquejados de úlcera péptica, quizás por un efecto antioxidante en las grasas.
Del mismo modo y sin que tenga relación con una carencia demostrada, parece ser que la cojera intermitente se beneficia con la administración de 400 mg. diarios.
Otras aplicaciones terapéuticas :
Esterilidad masculina: Asociada a la vitamina A cuando exista posibilidad de degeneración del epitelio germinal.
Criptoquirdia: Antes de administrar hormonas gonadotropinas se puede hacer un ensay o con vitamina E en niños que no hayan cumplido los seis años de edad. Posteriormente, el tratamiento solamente con la vitamina no da resultado.
Embarazo: Es útil para asegurar la absorción por el feto de las sustancias nutritivas del organismo materno y para el buen funcionamiento de la placenta.
Aborto: Cuando exista infantilismo genital en la mujer, en casos de aborto habitual o en la amenaza de aborto. También cuando existan tendencias a partos prematuros o partos de fetos muertos. Hay que asociarla a la vitamina C.
Climaterio femenino: La menopausia es una buena indicación, mucho más en sus comienzos y con más razón cuando se den vaginitis por sequedad de la mucosa y prurito vulvar.
Riesgo de trombosis: Asociada al ácido acetilsalicílico.
Síndrome adiposo-genital: En los casos que aparecen en la pubertad y en todas las obesidades.
Insuficiencia coronaria: Por su acción antioxidante de los ácidos grasos es útil en todos los accidentes cardiovasculares, en la arteriesclerosis, la degeneración del miocardio y las úlceras varicosas. Cirrosis hepática: Por su papel protector hepático y para prevenir su degeneración grasa.
Piorrea: Asociada a las vitaminas A, B y C.
Distrofia muscular progresiva: Unida al selenio.
Envejecimiento prematuro: Para prevenir y corregir las arrugas y estimular la glándula pineal.
El ácido fólico es necesario para prevenir un defecto de nacimiento causado por un malformación del tubo nervioso, además de ser eficaz para prevenir una enfermedad cardíaca muy habitual.
El problema reside en la homocisteína, un aminoácido que a veces, en algunas personas, está en grandes cantidades en la sangre y cuy o nivel es capaz de controlar el ácido fólico junto con la vitamina B12.
La dosis diaria es de 10-30 mg por vía oral, aunque hay que tener en cuenta que este tratamiento no cura todos los tipos de anemias, la ferropénica entre ellas, y puede inducir a error en los análisis. Es más, de administrarse prolongadamente como tratamiento único se puede producir una degeneración del sistema nervioso a causa de una anemia mal curada por aumentar los requerimientos de B12. Por tanto y aunque se puede administrar inicialmente para restablecer rápidamente las cifras de hematíes y tratar depresiones intensas o psicosis, antes de una semana se deben administrar conjuntamente el resto de los antianémicos conocidos, entre ellos el hierro y la B.
Es muy útil en la menopausia ya que consigue incrementar la cantidad de estrógenos segregados por los ovarios, evitando así las sensaciones molestas como los sofocos o la tendencia a la displasia del cervix.
Sin la presencia del Coenzima Q no habría vida celular y la transmisión de energía se apagaría.
El cuerpo humano necesita energía por encima de cualquier otra cuestión y el Q10 es uno de los eslabones imprescindibles para producirla. Los especialistas en medicina natural han conseguido demostrar que el Coenzima Q es un energético muscular y que puede mejorar el sistema inmunológico, potenciar el corazón y normalizar las constantes sanguíneas.
Se trata, pues, de un enlace importante en la última fase de la reacción química en la cual el cuerpo extrae energía de la comida. Aunque el cuerpo fabrica su Q10, no lo hace en cantidades suficientes, sobre todo en enfermos crónicos o personas agotadas. Las investigaciones médicas realizadas principalmente en Japón y Europa parecen avalar su importancia en el tratamiento de varias enfermedades, incluso enfermedades del corazón, cáncer, y alteraciones degenerativas en las encías. La dosis de mantenimiento mínima es 30 – 40 mg por día, aunque una verdadera dosis terapéutica es 150 a 300 mg por día. No se le han encontrado efectos colaterales.
Es fácil encontrar información sobre el calcio, aunque la mayoría son repetitivas y no aportan nada nuevo.
Estas son algunas de las funciones que se le atribuyen que pueden servir de orientación para emplearlo con más eficacia:
Construye a reconstruir los huesos y dientes.
Indispensable para la actividad del ATP, lo que permite la liberación de energía a nivel muscular.
Necesario en la coagulación de la sangre por su papel en la producción de fibrina y la estimulación de la tromboplastina por las plaquetas, permitiendo el paso a trombina, en unión a la vitamina K.
Controlar la permeabilidad de la membrana celular y el paso de los nutrientes, en unión a la lecitina.
Indispensable en la transmisión nerviosa de los músculos, entre ellos el corazón, manteniendo el tono muscular y el número de latidos en unión al potasio, el magnesio y el sodio.
Fa orece el sueño y controla los excesos de hiperexcitabilidad emocional.
Equilibra la relación ácido-base de la sangre.
En el embarazo ayuda a la liberación de la hormona prolactina para que se produzca la lactancia.
Controla los niveles altos de histamina.
Evita la acumulación de metales tóxicos en el organismo.
El Magnesio es un mineral del que sabemos mucho, pero que apenas si se emplea en medicina y eso a pesar de tener una importancia igual al calcio para una gran variedad de procesos corporales.
Estas son algunas de las utilidades menos conocidas: Insomnio.
Debilidad y astenia.
Dolores articulares.
Contracciones musculares dolorosas.
Espasmos en músculos pequeños, como los párpados.
Muecas, calambres y tics nerviosos.
Dificultad en mantener los pies quietos.
Síndrome de raíz cervical.
Estreñimiento.
Falta de coordinación muscular y poca destreza para el ejercicio.
Entumecimiento de las extremidades.
Episodios epilépticos.
Mala memoria.
Taquicardias.
Dificultad para tragar, con vómitos frecuentes por espasmo del esófago.
Dismenorreas.
Alteraciones de la personalidad como esquizofrenia, depresiones suicidas y ansiedad.
Miedo al futuro.
Ataxias.
Verrugas, papilomas, acné, eczemas y psoriasis.
Reumatismo.
Manganeso
Es uno de los minerales que más aplicaciones terapéuticas tiene, cualidad especialmente curiosa teniendo en cuenta que no se conocen carencias de él.
Artritis y artrosis, reumatismos.
Alergias en general, especialmente de vías respiratorias, incluidas las de tipo asmático.
Jaquecas espasmódicas vasculares o de origen hepático.
Urticarias, eczemas, picores y alergias cutáneas.
Taquicardias, alteraciones de la tensión arterial (descompensada, variable).
Aumento en la velocidad de sedimentación globular.
Intolerancias digestivas de origen hepático.
Hipertiroidismo.
Dismenorreas, metrorragias, parto prolongado.
Alteraciones del comportamiento con irritabilidad y ansiedad.
Náuseas y vómitos inespecíficos.
Ataxias, distrofias musculares, falta de energía.
Zumbidos de oído, otosclerosis, hipoacusias.
Comportamiento inquieto, esquizofrenia leve.
Epilepsia infantil.
Altos niveles de cobre.
Acetonemia infantil.
Ulcera gastroduodenal por nerviosismo.
Preventivo de la prostatitis.
Falta de memoria en adultos.
Degeneración grasa del hígado.
He aquí algunas de las aplicaciones no carenciales:
En presencia de gripe si se administra prematuramente se corta la enfermedad en 48 horas.
Alta velocidad de sedimentación.
Infecciones en general o baja resistencia. También como preventivo en los meses invernales.
Procesos reumáticos inflamatorios.
Enfermedades de los cartílagos o tendones.
Dado que se absorbe a través de la piel sudada, es útil utilizar pulseras de cobre para combatir enfermedades reumáticas crónicas. Calvicie prematura, canas.
VitÍligo, psoriasis y piel pálida.
Disfunciones glandulares del tiroides y suprarrenales.
Infecciones de cualquier tipo. Permite acortar la enfermedad y reducir la dosis de antibióticos.
Leucemia y estados cancerosos.
Osteoporosis, artrosis cervical.
Quemaduras y úlceras por decúbito.
Se trata de un buen antioxidante que trabaja en unión a la Vitamina E y que puede ser empleado en alguna de estas patologías.
Envejecimiento prematuro, en unión a las vitaminas A, C y E. Enfermedades articulares, unido al cobre.
Enfermedades cardiovasculares, asociado a la vitamina E.
Distrofias musculares progresivas o traumáticas, asociado a la vitamina E.
Caída de cabello, junto a vitamina B, zinc y silicio.
Como preventivo del cáncer o en una fase precoz.
Infecciones frecuentes o graves, unido a las vitaminas A y C.
Síndrome de inmunodeficiencia.
Prostatitis y adenoma de próstata, unido al zinc.
Enfermedades que cursan con procesos inflamatorios.
Infertilidad masculina en unión al zinc.
Intoxicaciones por metales pesados.
Poca elasticidad de músculos y tendones.
Cataratas incipientes.
Fibrosis cística
Épocas de fuerte entrenamiento deportivo.
Como corrector de los efectos secundarios de los rayos X y las radiaciones ultravioletas.
Para prevenir las intoxicaciones por prótesis dentarias metálicas.
Entre sus funciones más reconocidas están la de estimular el sistema inmunitario a través de los linfocitos T4, regular el páncreas, la hipófisis y los órganos genitales, intervenir en el crecimiento infantil, mantener los órganos del gusto, el olfato y la visión en buen estado.
Otras aplicaciones de interés son:
Síndrome adiposogenital.
Obesidad.
Prostatitis.
Impotencia.
Diabetes.
Envejecimiento prematuro.
Para estimular las prostaglandinas.
Amenorreas y esterilidad femenina.
Criptoquirdia y poco desarrollo genital en niños.
Enuresis nocturna.
Reglas insuficientes.
Adenoma de próstata.
Alopecia.
Enanismo hipofisario.
Normalmente pueden encontrarse donde hay vitamina C. En el mundo de las plantas suelen trabajar unidos, quizá de forma sinérgica. Ahora, los estudios científicos están demostrando que esos bioflavonoides pueden poseer importantes propiedades curativas, así como una intensa sinergia con las vitaminas C y E.
Algunas de las utilidades de los bioflavonoides no son avaladas por otros investigadores, por lo que se requiere prudencia a la hora de administrarlos para no caer en un entusiasmo inadecuado.
Los últimos experimentos hablan que pueden cortar las hemorragias producidas por una úlcera gástrica en poco menos de cuatro días y que la curación total se puede lograr en un máximo de veinte días. Una dosis de recuerdo diaria puede solucionar el problema en un plazo no superior al año.
Otras investigaciones mencionan que la quercetina es eficaz para inhibir la aldosa reductasa, el cual convierte la glucosa del ojo en sorbitol, un azúcar que cristaliza en el cristalino y que provoca la opacidad que conducirá a la catarata o la ceguera.
Aunque el efecto de este bioflavonoide no puede impedir el avance de las cataratas parece ser que sí puede retrasarlas y con más motivo prevenirlas.
Lo que parece ya confirmado es que los bioflavonoides ayudan o son imprescindibles en la absorción y metabolización de la vitamina C y que el hecho de que cuando se ingieren grandes cantidades de vitamina C se elimine la mayor parte por vía renal se debe a que le falta un componente, un bioflavonoide.
Cuando tomamos cítricos enteros la vitamina C se aprovecha en su totalidad.
El Picnogenol (extracto de pino) y las semillas de uva contienen ambos «el proanthocyanidins», un bioflavonoide al que se le han encontrado propiedades antioxidantes muy poderosas, además de otras acciones terapéuticas directas. Los resultados mencionan su efecto en prostatitis, cáncer y enfermedades del corazón.