Elevación de la tensión arterial sistólica y diastólica.
La tensión arterial puede elevarse momentáneamente por una estimulación del sistema nervioso, ejercicio intenso, enfermedades renales o exceso de comida. En estos casos no se puede hablar de enfermos, sino solamente de alteración de la tensión arterial.
Las causas de la hipertensión crónica no se saben con certeza y se piensa en la herencia, el exceso de sal común refinada, la mala función renal o suprarrenal, así como el endurecimiento de las arterias. Lógicamente, la ingestión de una gran cantidad de fármacos, entre ellos las cortisonas, el café, alcohol, alimentación muy rica en grasas y proteínas animales y estados crónicos de estrés e irritabilidad, son causantes bien claros de hipertensión crónica.
Otras causas que hay que tener en cuenta para que se declare una hipertensión, son las enfermedades renales como la glomerulonefritis, pielonefritis y riñón poliquístico, la toxemia del embarazo, el exceso de aldosterona, la poliarteritis, hipertiroidismo y trastornos del sistema nervioso central.
Alimentos recomendados son, en primer lugar, el arroz integral, el ajo crudo (imprescindible), el perejil y el limón. También son recomendables las peras, legumbres, ciruelas pasas, patatas, miel, plátanos, manzanas, soja, germen de trigo, alcachofas y puerros. Un régimen exento de carnes es imprescindible en la fase aguda. La sal común estará prohibida totalmente, aunque se puede sustituir por cantidades pequeñas de sal marina, sal de apio o sal de ajo.
No es recomendable comer avellanas, ni coles o derivados.
En las hipertensiones primarias, sin complicaciones, las hojas de Olivo son el mejor tratamiento, ya que además de bajar las cifras altas, corrigen el exceso de colesterol, la hiperglucemia, y limpian poco a poco la arteria, dándola nueva elasticidad.
Otras hierbas también muy eficaces son el Muérdago y el Espino blanco, éste último imprescindible si existe riesgo de cardiopatías.
También se deberán tener en cuenta la Zarzaparrilla, y las hojas de Abedul, que se darán cuando se sospeche alteración renal.
Suplemento dietético adecuado es la lecitina y la Onagra.
Homeopatía:
Barium chloratum 5 CH, Barium iodatum 5 CH, Rauvolfia serpentina 9 CH, Viscum álbum 2 CH.
Los oligoelementos que mejor resultado dan son el manganeso, el yodo, el potasio y el selenio.
La obsesión por mantener la tensión arterial en unos límites estándar conduce en muchas ocasiones a un estado de ansiedad en el paciente que le producen a su vez un aumento de la tensión arterial. Del mismo modo, hay que tener en cuenta que en ocasiones el organismo se v e en la necesidad de subir la presión sanguínea para cubrir algún déficit circulatorio o carencia de oxígeno. Por tanto, la presión arterial deberá ajustarse a cada individuo en particular y nunca de manera generalizada. Una persona que no acuse ningún síntoma aunque tenga la tensión alta, posiblemente no deba ponerse en tratamiento farmacológico, aunque deberá vigilar su modo de vida.
Ahora ya existen estudios que demuestran que la sal marina sin refinar se puede añadir con moderación en las comidas, pues no parece tener una influencia negativa en el curso de la enfermedad, dependiendo la curación del tratamiento médico y de la dieta correcta.