Reiki
Cada uno de nosotros tiene la capacidad innata, a través del uso de una técnica respiratoria antigua, para generar una resonancia curativa poderosa, o vibración de energía, con las manos.
Cuando se aplica este catalizador de resonancia terapéuticamente el proceso curativo es intenso y frecuentemente espectacular, no sujeto a ninguna ley científica conocida.
Las manos que curan es una historia antigua que se lleva usando durante miles de años por personas de la medicina tribal en cada continente, y ha sido una parte de cada tradición religiosa.
Este hecho es lo que ha ocasionado que en la sociedad occidental se la considere como un mito o como un talento misterioso sólo dado a unos pocos.
Lo primero que se aprende con este sistema es que el cuerpo del enfermo es quien realiza la curación. Este mismo principio se emplea en la acupuntura, homeopatía, herboterapia, o cualquier otra modalidad natural, pues sabemos que la habilidad para curarse a sí mismo es una parte inherente de todo organismo. El cuerpo constantemente se está renovando, eliminando tejidos viejos y enfermos, y aunque no somos conscientes que esto ocurre en nuestro interior, finalmente es el cuerpo el que se libra de la enfermedad.
Pero en aquellas ocasiones en las que este proceso autocurativo no funciona, entonces es cuando necesitamos una ayuda externa. Tradicionalmente, a lo largo de los anteriores cinco mil años, nuestra especie ha empleado los alimentos y las hierbas por sanar, aunque ya estaban presentes las manos del sanador.