La labor que hacen las abejas en la formación del Própolis se escapa aún de nuestro conocimiento ya que parece ser que en su estómago y en sus labios se producen modificaciones muy importantes que transforman las materias nitrogenadas, lipídicas y azúcares, en otros compuestos aún más complejos.
Esto ha dado lugar a que muchos investigadores duden que las abejas empleen ciertamente los granos de polen para la elaboración del Própolis, ya que de ser así deberían aparecer sustancias afines o similares. Sus conclusiones son que la elaboración del Própolis la hacen directamente de las resinas de ciertas coniferas e incluso que lo extraen directamente de algunos árboles sin más modificaciones.
Estas son las acciones y propiedades más reconocidas por la mayoría de los profesionales que lo utilizan: