Aunque existen ya en el mercado medidores y hasta localizadores de los puntos dolorosos, no son imprescindibles y solamente nos servirán para afianzar un diagnóstico realizado manualmente, nunca como único método. Es como si un médico solamente se fiara de los análisis y no de sus pruebas exploratorias.
Estos aparatos miden la resistencia de la piel al paso de una corriente eléctrica, ya que parece ser que la piel circundante a las zonas reflejas posee una conductibilidad eléctrica mayor e incluso una temperatura diferente. Estos datos, más aquellos que se logran mediante el interrogatorio y las presiones manuales con los dedos, permitirán establecer con más precisión la zona afectada cuando tengamos dudas, pero no son imprescindibles.
La presión con los dedos es totalmente necesaria ya que no solamente podemos calibrar la profundidad y el punto correcto, sino que averiguaremos si en la terminal de la zona refleja existen esas pequeñas concentraciones redondas que habitualmente se encuentran cuando la zona a estudiar está enferma. La manipulación con los dedos establece también una comunicación más adecuada entre terapeuta y paciente y es posible que, además, al tratarse de un contacto piel con piel, la curación sea más eficaz.
Es imprescindible advertir que la reflexoterapia requiere mucho tacto, mucha delicadeza y que está reñida con los diagnósticos rápidos que tanto suelen impresionar a los pacientes. Un especialista reflexólogo no es un adivino ni un milagrero, aunque su técnica difiera sensibleme