Venas dilatadas, generalmente las superficiales.
De las tres venas con válvulas que se encuentran en las piernas, las profundas, las perforantes y las superficiales, las más afectadas son las superficiales y son las causantes de que las otras dos terminen igualmente afectadas.
Los síntomas no guardan relación con el grado de enfermedad, puesto que hay várices asintomáticas que están muy afectadas.
El motivo principal lo tenemos en los zapatos con un tacón superior a dos centímetros de alto, el cual tensa los músculos gemelos impidiéndoles relajarse. Este efecto continuado estrangula las venas más superficiales, las dilata e impide que sus válvulas puedan trabajar e impulsar la sangre hacia arriba.
Otra causa habitual son los baños de sol en las pantorrillas, las medias con liguero, permanecer sentados con las piernas recogidas o estar en pie mucho tiempo.
Finalmente, la pared venosa puede estar alterada por una mala función hepática, por beber poco agua o por una alimentación rica en grasas animales y pobre en frutas.
Las embarazadas, las personas obesas o muy altas, así como las que padecen de ascitis o tumores abdominales, suelen ver agravado con mayor frecuencia su problema de várices.
Hay que evitar las comidas ricas en grasas animales.
Los alimentos que favorece la curación son el ajo crudo, el perejil, los pimientos verdes y los cítricos, así como la cebolla y la col. Es importante mantener la función biliar y hepática en buenas condiciones, por lo que se tomarán habitualmente alcachofas, escarola, achicoria, y endibias.
Entre las hierbas de reconocida validez tenemos al Ginkgo biloba, Brusco, Castaño de indias y Ciprés, este último en forma de esencia. También son de gran ayuda la Milenrama que ayuda a quitar rápidamente la fatiga muscular y el Hipericón en caso de que se agraven por problemas menstruales.
Como hierbas complementarias tenemos al Harpagofito si hay inflamación, el Cardo Mariano en las enfermedades hepáticas, la Salvia en las menstruaciones, la Cola de caballo si hay edemas y el Arándano si existe fragilidad capilar.
Localmente es muy útil el Hamamelis, las compresas de Bardana, las yemas de pino y los baños fríos de Romero.
Vitaminas C y P, flavonoides.
Frutos del Arándano
Hamamelis CH2, Arnica CH6, Cardo mariano (tintura madre), Lycopodium CH3, Calcium fluoratum CH12, Silícea CH12, Ferrum phosphoricum CH6.
El manganeso-cobalto, el flúor, el silicio y el litio.
El tratamiento debe ir unido a ciertas medidas físicas, como no permanecer de pie largo tiempo, no apoyar el peso sobre una sola pierna cuando hablamos, no poner una pierna sobre la otra cuando estamos sentados, no flexionar las piernas hacia dentro sentados, evitar llevar zapatos de tacón alto y medias o calcetines que compriman los músculos. Por el contrario, alivia bastante poner las piernas en alto varias veces al día, dormir con los pies algo más altos que la cabeza y caminar descalzo sobre suelo frío o sobre césped (mucho más si hay rocío).
También es conveniente realizar masajes ascendentes en la pantorrilla o darse baños de pies y pantorrillas con agua fría.
Por supuesto, los baños de sol están totalmente contraindicados.