Aunque no es un alga marina sino un tubérculo de la especie Amorphophallus konjac de la familia de las aráceas, es necesario incluirla en este apartado de algas ya que se suele encontrar en el mercado mezclada con otras especies marinas para el tratamiento de la obesidad.
Se trata de un polisacárido de gran peso molecular y que es utilizada desde hace muchos años en el Japón como alimento saludable.
Tiene una composición similar a la celulosa, en especial en cuanto a poder absorber varias veces su propio peso en agua, formando así un volumen f luido aumentado. Ello es debido a su estructura formada por largas cadenas de mañosa y glucosa unidas entre sí y que no pueden ser rotas al llegar al intestino humano ya que los jugos gástricos no son capaces de romper este enlace. De esta manera la glucomanana absorbe el agua intestinal, aumentando así el bolo fecal y el paso al exterior se realiza sin dificultad y sin absorción alguna. Por ello se comporta como una fibra excelente para casos de estreñimiento y mejora del peristaltismo intestinal.
Parece ser que además de este comportamiento de absorber agua también absorbe parte de los hidratos de carbono y las grasas presentes en los alimentos, los cuales elimina sin que se metabolicen y evita, además, que exista la subida de glucosa cuando hemos dejado de comer, lo que daría lugar a un aumento del apetito.