Es difícil que se pueda encontrar en la farmacopea un medicamento que, sin cambiar su presentación galénica, se pueda emplear ingerido, mediante absorción sublingual, f rotado en la piel, diluido en el agua del baño, aspirando sus aromas o mezclado con cualquier sustancia.
Solamente la Aromaterapia posee esta facilidad de uso tan amplia, por lo que es razonable considerarla como una forma válida para el tratamiento de las enfermedades.